
La Conferencia Episcopal Peruana le ha pedido en un comunicado a los miembros del Ejecutivo y Legislativo que asuman la responsabilidad para la que fueron elegidos, en el marco de la crisis social y política que atraviesa nuestro país.
Según la CEP, la democracia “en este crítico momento” no puede ser el reflejo del enfrentamiento de poderes ni intransigentes posiciones que contribuyen a una inestabilidad mayor.
Los obispos sostienen que, por el contrario, la democracia tiene que orientarnos a velar por la libertad de expresión, el respeto a la dignidad humana, por la independencia de poderes y buscar la gobernabilidad y el bien común.
Ese comunicado se hizo público luego de que Aníbal Torres Vásquez, titular del Consejo de Ministros, tildara de “miserable” en una entrevista al cardenal Pedro Barreto. Una ofensa evidente que el premier quiso minimizar sin tener éxito.
En este pronunciamiento, se añade que nuestra débil democracia no puede soportar más la inestabilidad, por lo que es imprescindible que el Poder Ejecutivo y el Legislativo convoquen a personas intachables e idóneas en las diferentes instituciones del Estado.
La CEP también pidió consensuar las reformas políticas necesarias para sacar el país adelante y establecer radicales medidas contra la corrupción, pues el poder debería estar al servicio del pueblo y no de sus representantes o de quienes se arrogan esa condición, más allá de lo que determina el ordenamiento social y jurídico.
Asimismo, cita a la Constitución Política, que en su artículo 10 indica que el mandatario personifica a la Nación y representa por igual a todos, no solo a un grupo o intereses subalternos y menos a cuotas político-partidarias que resquebrajan la institucionalidad débil de nuestro país.
En el documento, han precisado que su misión es trabajar por el bienestar general de nuestro pueblo. Después de 09 meses de inicio de la gestión actual y 04 gabinetes de ministros, la ausencia de liderazgo y de un horizonte socio-político y económico son preocupantes y exigen una solución inmediata.
En ese sentido, anota que la Iglesia y la comunidad política son independientes, por lo que no le corresponde a la Iglesia intervenir en decisiones políticas, pero la crisis grave que vive nuestro país los obliga a exhortar a la clase política y a la sociedad civil a que busquen y promuevan un diálogo democrático, honesto y transparente con el fin de alcanzar un consenso auténtico, diálogo que puede darse en espacios muy conocidos como el Acuerdo Nacional o ciertas instituciones equivalentes.
El comunicado termina con un firme pedido al presidente y a los congresistas para que asuman la responsabilidad para la que fueron sido elegidos y les recuerda que la democracia tiene que conducir al bien común y a la gobernabilidad.
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